AlosPiesdelAmo

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miércoles, 5 de marzo de 2014

Eres libre... "C"

Mi sueño hecho realidad: vivir la sumisión desde la libertad… sin condiciones, compromisos o límites, regidos solo por la conexión y el deseo. Ese ha sido tu legado, y ahora que la distancia se interpone experimento que no hay entrega sin cesión.

Para mí fue un encuentro casual, pero tú me confesaste que habías estado observándome… y cuándo se dieron las condiciones todo fluyó con tal intensa naturalidad que te hice sentir mi dueño para luego asustarme y echarme atrás. Eso te dolió y dudaste de tu buen criterio para conmigo, mientras yo me escondía en el entretenimiento que encontraba en diversificar mis frentes.

Pero hay fuerzas poderosas e inexplicables de las que no puedes escapar, y poco después retomamos la comunicación para descubrir que sin importar el medio, existía entre nosotros un vínculo más allá de nuestro entendimiento que dominaba nuestro deseo… y nos encontramos para aderezar con aromas, sabores y texturas todas esas sensaciones que parecían arrebatarnos la vida y hacernos resurgir más fuertes y más sabios. Y sin poder evitarlo creció el afecto y la complicidad.

Y me mostraste tus placeres y perversiones que encontraron sintonía en mi deseo, pero el miedo lastró mi voluntad y avancé demasiado despacio. Y en ese camino de conocimiento mutuo y aprendizaje me sentí de nuevo tuya, esta vez sin dudas, y acepté lucir tu collar (el primero, el único)… y con ese gesto te entregué una parte de mí que siempre será para ti.

Ahora estás lejos, me has permitido conservar tu collar y me has recordado que soy libre… y así me siento: libre para jugar, para experimentar, para gozar, para aprender y enseñar, y estoy dispuesta a hacerlo sin prestar atención a cierto regusto a deslealtad. La experiencia me dicta que tras mis fases de monogamia llegan las de promiscuidad, pero sé y siento que nuestra conexión permanece, por lo que sin importar lo que haga y hasta donde llegue… no será lo mismo que contigo.


domingo, 29 de septiembre de 2013

Aprendiendo del dolor

Estos meses de experimentación vital me han forzado al silencio, en parte porque escribir requiere un tiempo que preferí dedicar a encuentros y desencuentros cargados de sensaciones y emociones de toda índole, pero sobre todo porque exige una calma en el ánimo que distaba mucho de disfrutar.

Y es que mi naturaleza está dotada de una curiosidad ansiosa que me impide renunciar a vivir intensamente los momentos que me regala el azar, así puedan resultar incompatibles o temerarios. De modo que me lancé sin red y me enredé en la fascinación de un deseo imposible y ausente que florece irremediablemente con una palabra o un guiño distante, y me dejé convencer por promesas de libertad afectiva y sexual hasta compartir con una pareja un juego que no tuvo final feliz, y la cómplice intensidad se hizo presencia donde encarnar el cuidado y la pasión, y donde volver a plantearme mi rol.

De modo que aposté alto… y aunque en algunos momentos pensé que lo había perdido todo, resultó que gané más de lo imaginado, pero tuve que pagar un alto precio de dolor y frustración, y superar la ceguera de la negación resistente a la evidencia de la realidad.

Así, la fascinación se maceró a fuego lento con silencio y soledad, y se transformó en ternura platónica y sin esperanza, con ciertas notas picantes de deseo insatisfecho… y cuando pensaba que era un cadáver lo que acunaba contra mi pecho aceptando entregarme a otras presencias que calentaran mi cuerpo y mi ánimo con atenciones reales, reapareció por un instante alimentando mi obsesión más allá de la traición y la culpa.
Y aprendí que no ser capaz de renunciar a nada te puede llevar a perderlo todo, pero que en ocasiones no se puede luchar contra el deseo…

Y entre esas presencias encontré a una pareja que me integró en su andadura, y disfruté del placer del juego compartido, del cambio de roles, de la bisexualidad erótica, y hasta del afecto gratuito… pero también de la manipulación provocada por los celos y la acusación mentirosa, de la desconfianza y el miedo, de la intensamente dolorosa renuncia y aislamiento.
aprendí que este juego involucra irremediablemente a los sentimientos, y que los buenos deseos no bastan para superar nuestros complejos…

Y le encontré de nuevo, tras tenerlo y dejarlo ir sin apenas darme cuenta, y la conexión física y mental resultó asombrosa y estremecedora, y la curiosidad y el juego se transformaron en complicidad y afecto, y se dio el encuentro y extendimos el tiempo hasta más allá de lo imaginable. Y nos conocimos, contemplamos, conversamos, acariciamos, poseímos, reímos y también lloramos, y sin aparente futuro nos reencontramos una y otra vez, y la tensión de lo efímero hizo mella en nuestro ánimo con pasión y dolor, y me sentí tantas veces amada como despreciada, pero cuando me lo pidió… acepté ser suya.
Y aprendí que si tienes suerte encontrarás a quien te muestre tu propio reflejo y te exija recomponer los pedazos rotos hasta lograr ser más tú…

Me confieso adicta a las relaciones imposibles en las que puedo volcar mi pasión sin temor al compromiso, y que me protegen de un abandono motivado en mis pocos méritos. 
Y reconozco en mí la fuerza para renacer de las cenizas aprendiendo de lo vivido y lo perdido, sin renunciar a la ternura y la inocencia.
Y es que en la vida cuando apuestas alto lo puedes perder todo… o no.


martes, 10 de septiembre de 2013

Ejerciendo de dómina

Mi irreverente sumisa Clara,

Recibo con complacencia la lista de aquellos comportamientos para con tu Señora que tú misma calificas de inadecuados, y que te he tolerado por estar en fase de conocimiento mutuo, pero deseo que entiendas que a partir de ahora si se repiten tendrán consecuencias.

Estas variarán según el deseo y el ánimo de tu Señora, pero para que sepas a qué atenerte podrían suponer:
  • Si sugieres a nuestro Señor comportamientos o prácticas hacia tu Señora que no me complazcan, las repetiré contigo sin importar mi destreza... pues mi sumisa es mi campo de prácticas.
  • Si te permites hacer juicios sobre el comportamiento de tu Señora frente a nuestro Señor (que no es lo mismo que exponer con humildad tus dudas o temores respecto a mi voluntad), te premiaré con la indiferencia y el aislamiento sensorial.
  • Si juegas a manipular el deseo de tus Señores para satisfacer el tuyo, recibirás castigo físico.
  • Si pierdes el control y te expresas sin el debido respeto al dirigirte a tu Señora, despertarás mi ira y serás corregida y humillada verbalmente hasta que temas volver a extralimitarte.

Y para que recuerdes que tu Señora confía en ti y te considera su más preciada posesión, deseo que durante tres días uses de forma permanente el body celeste y plata que te regalé para ser presentada ante nuestro Señor, de modo que sientas mis manos en el roce de su tela en tu cuerpo.

Un beso con lengua y dientes.