AlosPiesdelAmo

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martes, 12 de febrero de 2013

La desolación de una sumisa desechada

Acabáis de franquear la puerta dispuesta para mi liberación, y me habéis dejado sola en el cuarto de mi sometimiento ahora vacío.

Decis que no debo darme la importancia de creer que han sido mis rebeldías las que os han espantado de mi lado, sino que la responsabilidad de haceros cargo de la voluntad de otra persona no está hecha para vos.
Decis que estoy lista, que he sido una aprendiz dedicada y que podría complacer a cualquiera… pero me dejáis con mis medias negras y mis tacones de vértigo, con el corset ajustado y la sonrisa pintada, postrada frente al espacio que hasta hace un instante ocupaban vuestras botas.

Es cierto que lo presentía, y también que no quería verlo, es cierto que me duele profundamente y que al tiempo, sorprendentemente, me alivia.
Y quizá porque os conozco de antes y desde siempre me habéis fascinado, es cierto que recorrería 100 veces el camino andado así siempre terminara del mismo modo, pues es innegable que he crecido de vuestra mano y os he conocido en el proceso descubriendo nuevos motivos para la admiración y el aprecio.

Habéis sido un buen maestro, dedicado y firme, y ahora con suerte volveréis a ser mi amigo, y encontraremos nuevas formas de divertirnos y experimentar.

Pero Judith, la sumisa, se ha quedado sin collar y sin amo, sin razón de ser, sin maestro, sin placer y sin dolor… se ha quedado sobre la alfombra de los castigos y el deseo, contemplando como se borran las marcas de su piel mientras apenas logra seguir respirando.

1 comentario:

  1. La sumisa esta triste ..... ¿Qué tendrá la sumisa?
    Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
    Que ha perdido la risa, que ha perdido el dolor.
    La princesa esta pálida en su silla de oro,
    Esta mudo el teclado de su clave sonoro,
    Y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

    El jardín puebla el triunfo de los pavos reales
    Parlanchina, la dueña, dice cosas banales
    Y vestido de rojo piruetea el bufón.
    La sumisa no ríe, la sumisa no siente;
    La sumisa persigue por el cielo de Oriente
    La libélula vaga de una vaga ilusión.

    ¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
    En el que ha detenido su carroza argentina
    Para ver de sus ojos la dulzura de luz?
    ¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
    O en el que es soberano de los claros diamantes,
    O en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

    Ay! Pobre sumisa de la boca de rosa,
    Quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
    Tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
    Ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
    Saludar a los lirios con los versos de mayo,
    O perderse en el viento sobre el trueno del mar.

    Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
    Ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
    Ni los cisnes unánimes en el lago de azur.

    Y están tristes las flores, por la flor de la corte,
    Los jazmines de Oriente, los nelumbos del norte,
    De Occidente las dalias y las rosas del sur.

    ¡Pobrecita sumisa de los ojos azules!
    Esta presa en sus oros, esta presa en sus tules,
    En la jaula de mármol del palacio real;
    El palacio soberbio que vigilan los guardas,
    Que custodian cien negros, con sus cien alabardas,
    Un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

    ¡Oh, quien fuera hipsipila que dejo la crisálida ,
    La sumisa esta triste, la sumisa está pálida.
    ¡ oh visión adorada de oro, rosa y marfil,
    ¡Quien volara a la tierra donde un príncipe existe,
    La sumisa esta pálida , la sumisa esta triste,
    Más brillante que el alba, más hermoso que abril!

    "Calla, calla sumisa" dice el hada madrina.
    En caballo, con alas, hacia acá se encamina,
    En el cinto la espada y en la mano el azor,
    El feliz caballero que te adora sin verte
    Y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
    A encenderte los labios con un beso de amooooooooooooor


    Tu amiga q hoy hace de Hada Madrina, me pido llevar uno de esos cucuruchos con velo .....
    Sonríe sumisa, sonríe princesa

    Teresa


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